Fisker, una startup de vehículos eléctricos en apuros, ha despedido a cientos de empleados en un intento por mantenerse con vida, mientras continúa buscando financiación, una compra o preparándose para la quiebra.
Los trabajadores sospechaban que se producirían despidos cuando la empresa ordenó a todos que trabajaran desde casa el miércoles, una directiva fuera de lo común, según varios empleados actuales y anteriores. Los despidos se anunciaron durante una reunión general celebrada el miércoles por la mañana.
El fundador y director ejecutivo, Henrik Fisker, dijo a los empleados que el gran inversor al que su empresa le debe dinero (y el director de reestructuración que trabaja en nombre del inversor) querían despedir a más personas, según los empleados que asistieron. Fisker nunca ha revelado quién está detrás de la inversión en deuda convertible en cuestión, aunque Henrik Fisker hizo referencia a Heights Capital Management durante la reunión del miércoles cuando discutió los despidos, según los dos empleados. Heights Capital Management es una filial del gigante de servicios financieros Susquehanna International Group.
Un empleado actual y otro despedido estimaron que sólo quedan unas 150 personas en la empresa.
Fisker ya ha pasado por varias rondas de despidos. Anunció recortes del 15% en febrero. Fisker empleaba a 1.135 personas al 19 de abril, según un documento regulatorio. Esas cifras de fuerza laboral se redujeron en una cantidad desconocida después de otra ronda de despidos a fines de abril y otra serie a fines de mayo antes de los recortes del miércoles.
Fisker no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios. El oficial de reestructuración John DiDonato tampoco respondió de inmediato a una solicitud de comentarios. DiDonato le dijo previamente al Departamento de Desarrollo del Empleo de California el 29 de abril que planeaba despedir a más de 300 trabajadores el 28 de junio si la empresa “no podía abordar sus necesidades operativas de efectivo”, según documentos obtenidos por TechCrunch.
A pesar de los recortes generalizados, Henrik Fisker adoptó un tono sombrío pero decidido durante la llamada, según las fuentes. En un momento, señaló que la compañía construyó “algo grandioso” y continuaría vendiendo su único vehículo eléctrico, el Ocean SUV, a las personas que quisieran comprarlo.
También sugirió que los trabajadores despedidos serían recontratados una vez que la empresa vuelva a funcionar, según el relato de una persona que asistió a la reunión.
Muchos trabajadores se enteraron inicialmente de que habían sido despedidos después de perder el acceso a servicios de Microsoft como Teams o Outlook. Más tarde ese mismo día, algunos empleados recibieron un correo electrónico anunciando oficialmente que habían sido despedidos con una semana de indemnización. Los empleados despedidos se hicieron eco de detalles similares en publicaciones en LinkedIn.
Estos nuevos despidos se producen después de meses de problemas en Fisker y menos de un año después de que la compañía comenzara las entregas a gran escala del Ocean SUV.
