Kesha puede haber sacado la señal de dólar de su nombre, pero ahora, la cantante está pensando en el dinero nuevamente, no para sí misma, sino para financiar la ronda de semillas de su nueva startup, Smash.
Según la publicación de Instagram de Kesha, Smash será una “plataforma comunitaria para conectar y proteger a los creadores de música”, que se alinea con la misión de su nuevo sello discográfico homónimo, que anunció el año pasado.
El topper del gráfico de 38 años siempre ha sido más que una chica de fiesta vestida de brillo que cantó sobre cepillarse los dientes con Jack Daniel’s. Debajo de su infecciosa música pop de 2010 es una historia más oscura, una en la que se sintió despojada de su poder, tanto como artista como persona, por un contrato discográfico depredador que firmó cuando era una adolescente.
Después de una traumática batalla legal pública con su productor, Kesha ahora dice que es una “mujer libre” y que está haciendo nueva música. Tanto su sello, Kesha Records como la aplicación Smash buscan ayudar a otros a hacer música sin comprometer sus derechos creativos.
“Quiero un lugar donde los artistas y los fabricantes de música de cualquier tipo puedan tener comunidad, pueden colaborar, pueden contratarse y retener todos los derechos de todo lo que crean”, dijo Kesha en una entrevista con Wired. “No hay control de contactos”.
Ella continuó describiendo la aplicación como “LinkedIn para creadores de música” o un “mercado de estilo fiverr”. La diferencia es que Smash planea priorizar los derechos de los artistas en cada etapa.
El CTO de Kesha sobre el proyecto es Alan Cannistaro. Pasó 12 años en Apple construyendo algunas de las primeras aplicaciones de iOS, luego trabajó en Facebook, donde construyó la función de año en revisión. Se fue para comenzar una plataforma de video social llamada Rheo, que TechCrunch cubrió en 2016.