Construir una startup es difícil. Crear una empresa que ayude a las empresas emergentes es igualmente difícil. Esa es la conclusión de los informes de TechCrunch sobre Techstars y Newchip.
En el caso de Newchip, el acelerador parecía prometer un poco más de lo que podía ofrecer. Si se mezcla con una cultura que, en el mejor de los casos, parecía turbulenta, se llega a una situación en la que una aceleradora está en quiebra y las nuevas empresas están cerrando por la posible venta de warrants sobre acciones. Es un desastre.
Techstars es diferente. Ha estado reestructurando sus operaciones en los últimos años. Esto ha provocado una rotación y el cierre de algunos de sus programas. Pero a diferencia de Newchip, Techstars es solvente, invierte y sigue ayudando a las startups a hacer más y más rápido.
Cada vez que un mercado pasa de su efervescencia a una postura más conservadora, perturba sus negocios constituyentes, grandes y pequeños. Las aceleradoras no han sido una excepción durante la desaceleración del emprendimiento. Dicho esto, con Newchip en liquidación y Techstars avanzando con su renovación, es probable que estemos más cerca del final de la reestructuración del acelerador que de su comienzo. Dale play, ¡hablemos de ello!