Los investigadores han desarrollado pequeños robots que pueden trabajar juntos como un colectivo que cambia de forma e incluso cambia entre los estados sólidos y de “tipo fluido”, un concepto que debería ser familiar para cualquier persona que aún esté perseguido por las pesadillas del asesino robótico T-1000 de “Terminator 2”.
Un equipo dirigido por Matthew Devlin de UC Santa Bárbara describió este trabajo en un artículo publicado recientemente en Science, escribiendo que la visión de “colectivos cohesivos de unidades robóticas que pueden organizarse en prácticamente cualquier forma con cualquier propiedad física … ha intrigado mucho la ciencia y la ficción”.
Otger Campàs, profesor del Instituto Max Planck de Biología Molecular y Genética, dijo a ARS Technica que el equipo se inspiró en tejidos en embriones para tratar de diseñar robots con capacidades similares. Estos robots tienen engranajes motorizados que les permiten moverse dentro del colectivo, imanes para que puedan permanecer conectados y fotodetectores que les permitan recibir instrucciones de una linterna con un filtro de polarización.
Campàs dijo que la realidad sigue siendo “lejos de la cosa de Terminator”, con los desafíos de tamaño y potencia restantes. Los robots de los investigadores tenían poco más de 5 centímetros de diámetro, aunque el objetivo es reducirlos a 1 o 2 centímetros, o incluso más pequeños.